Con un gol de Calero en la segunda mitad, el Danok Bat Juvenil de Liga Nacional se trajo los tres puntos de Asti tras vencer al Zarautz. El partido estuvo muy condicionado por la lluvia. El equipo de Luis Garma acaba el año en cuarto puesto y empezará el nuevo en Beasain. Por otro lado, dos errores puntuales penalizaron la visita a Olaranbe del Danok Bat Juvenil de Liga Vasca al enfrentarse al Olarizu. El conjunto de Ormaza y Toño acaba el año en la mitad de la tabla y comenzará el 2018 fuera de Mallona con su partido frente al Romo.
DANOK BAT JUVENIL LIGA NACIONAL: Pablo, Gaizka, Julio, Mikel, Unai, David, Markel (Iñigo), Julen (Ander), Cardoso (Bujan), Iban y Robles (Calero).
Vuelta a la senda de la victoria de nuestro equipo juvenil de liga Nacional tras el paréntesis del partido contra el Amorebieta a costa del Zarautz en un partido bastante completo jugado en el campo de hierba natural de Asti que se encontraba bastante castigado por el agua pero que permitía los desplazamientos del balón.
En la primera parte, el dominio fue alterno hasta el minuto 25, a partir del cual empezó a imponerse nuestro mejor fútbol pese a que el estado del terreno de juego no permitía ningún lucimiento. Ya en el minuto 20, Robles tuvo una gran oportunidad pero se entretuvo demasiado a la hora de definir. En el minuto 26 fue Iban el que se fabricó una buena oportunidad que terminó en córner y, diez minutos después, Cardoso el que marró un buen contraataque cuando Robles se encontraba en mejor posición. Antes, Pablo había podido detener un buen lanzamiento de su delantero centro que tras una buena jugada se había quedado solo ante nuestro portero.
La segunda parte empezó con mayor igualdad de juego y así fue transcurriendo hasta que cumplida la hora se le anuló un gol a Robles por fuera de juego. En el minuto 74 llegó el gol de Calero que aprovechó un error de uno de los centrales rivales debido al estado del terreno de juego, definiendo perfectamente con la zurda. De ahí hasta el final hubo un carrusel de cambios y nos tocó achicar balones que el Zarautz quería poner en nuestro área; destacando una gran parada de Pablo a un disparo desde fuera del área que se colaba por la escuadra.
Final, 0-1, que nos deja con buenas sensaciones hasta la vuelta de las vacaciones de Navidad que jugaremos de nuevo fuera contra el Beasain. El equipo se encuentra en cuarta posición con 33 puntos, a dos del tercero (Deportivo Alavés) y habiendo perdido solo dos partidos, por lo que si nos respetan las lesiones, se van recuperando efectivos y tenemos un poco de suerte, aún tiene mucho que decir en esta temporada.
DANOK BAT JUVENIL LIGA VASCA: Aitor Maza, Markel Arana, Adrián ‘Bolo’, Mikel Corral, Iker Estévez, Jon Suárez (Unai Zalbide), Danel Agudo, Gorka García (Asier Grande), Ioritz Tamayo (Alberto Loidi), Unai Arevalo (Aitor Añibarro) y Dani Jiménez (Edwin Baun).
Dos despistes defensivos costaron el domingo el partido a un Juvenil C que, en líneas generales, se mostró superior a un Olarizu que apenas tuvo llegada, pero que supo aprovechar sus oportunidades y defender con oficio la ventaja. Los de Asier Ormaza jugaron mejor, pero siguen pagando demasiado caros los descuidos cerca de su propia portería. Salvo apenas los diez minutos iniciales, el Danok controló el terreno de juego en la primera parte. En el minuto 10, una bonita jugada de Dani con pase a Jon a punto estuvo de adelantar a los bilbaínos en el marcador. Sin embargo, en el minuto 21 llegaría el primer gol, tras un pase fallido cerca del área que paró Aitor en primera instancia, pero que terminaría en gol tras el rechace.
Poco después, Danel disparaba desde el borde del área con mucha intención, pero tuvo una gran respuesta por parte del portero local. El Danok se iba al descanso con la sensación de que remontar el partido era una empresa asequible.
Sin embargo, nada más empezar, en el minuto 1, llegaría el jarro de agua fría de nuevo en una jugada de poca consistencia defensiva que puso el 0-2 en el marcador. A partir de ahí, los locales se concentraron en romper el ritmo del partido incrementando el juego de excesivo contacto del que ya habían hecho gala en la primera mitad.
Las faltas continuas y las pérdidas de tiempo reiteradas por parte de los locales convirtieron la segunda mitad en un esperpento futbolístico que el Danok no pudo superar.