Alex Quintanilla, Iñaki Cerdá y Alain Astoreka son tres de los componentes del nuevo equipo de Ventijet. Su proyecto consiste en la creación, diseño y homologación de nuevos respiradores que ofrezcan una adaptación al paciente de COVID-19. Sencillo, accesible y eficiente. Estas son las principales características de un producto que se venderá a precio de coste y cuyo principal objetivo consiste en salvar vidas.
Un nuevo equipo que, sin saberlo, comenzó a formarse hace ya más de 20 años cuando Alex y Alain coincidieron como compañeros en el equipo benjamín de nuestro Danok Bat. Iñaki se incorporó en el segundo año de cadetes y, a pesar de no coincidir con Alex en aquel año porque estaba en su primera etapa en Lezama, también pudo conocer de primera mano la importancia que el concepto de “equipo” tiene para el club.
El equipo de Ventijet es una fiel representación de cómo debería funcionar también un equipo de fútbol y viceversa. Cada componente tiene su función y su labor principal va dirigida al beneficio del grupo, que en este caso se refleja directamente en los resultados que ofrecen los respiradores y, por tanto, en los enfermos. La cara visible y principal responsable del proyecto es Alex, quien después de haber estudiado Ingeniería Industrial y asociarse a empresas de ingeniería como Ifisa y Enegas, tuvo la oportunidad de sacarlo adelante.
Alain cuenta como “Alex me pidió que me encargara de la parte eléctrica. Básicamente diseño el cuadro de control del producto” y añade que la principal ventaja que ofrece consiste en que “la presión expiratoria media es más alta que la de otros respiradores”. Por lo tanto, el diseño de este respirador puede ser especialmente efectivo ” para la gente con COVID-19 que esté ingresada en la UCI”.
La situación de escasez general en todo tipo de productos ha complicado la elección de materiales porque “no hay stock de todo lo que necesitamos, por lo que no hemos podido fijar un precio en concreto”. Sin embargo, el equipo de Ventijet ha encontrado la solución simplificando la elección de los mismos, pero en ningún caso empeorándola. Así, pueden hacer una estimación del precio “entre los 2.000 y 3.000 euros”.
Por su parte, Iñaki Cerdá se unió al proyecto inmediatamente después de ver una publicación de Alex en Instagram y conocer en qué consistía. Su trabajo en el diseño de estos respiradores está dentro del apartado mecánico, más concretamente en la valvulería. Iñaki también cree que la organización del equipo ha sido un punto clave del proyecto, y “juntando cada una de las partes hemos conseguido que en la última prueba que se hizo en Barcelona, se dieran unos resultados muy buenos”. Sin embargo, añade que todavía no está todo el trabajo hecho y que ” tenemos que hacer otras dos o tres pruebas más aquí, en Bizkaia, para proceder con la homologación”.
En definitiva, estos tres exjugadores son el claro ejemplo de lo que pretendemos abordar desde el club de Fika: formamos jugadores pero, sobre todo, también formamos personas. El valor del equipo y el beneficio del conjunto es algo indiscutible. Ayudar a quien lo necesita y remar todos en la misma dirección, ese es nuestro objetivo.
Pedro Bezanilla