El domingo el Danok Bat Juvenil Liga Nacional empató 1-1 en Gobela frente al Arenas. Se adelantaron los de Fika en el minuto 8 con un gol de Joritz y en el minuto 17 llegó la igualada de los de Eskuinaldea. El Danok es tercero y en la próxima jornada recibe al Tolosa. Por otro lado, el Danok Bat Juvenil Liga Vasca sumó un punto al empatar en Rezola 2-2 contra el Añorga. Los guipuzcoanos se adelantaron en la primera mitad y en la segunda llegó la voltereta con los tantos de Ayarza y Alvaro. Al final llegó la igualada local. En la próxima jornada recibe al Barakaldo en Mallona.

DANOK BAT JUVENIL LIGA NACIONAL: Kerman Luengo, Markel Arana, Adrian Pérez ‘Bolo’, Danel Echavarri, Mikel Corral, Danel Agudo, Iker Estévez (Anton Fruniz), Mikel Braceras (Alberto Loidi), Alex Díez (Adrian Beloki), Joritz Tamayo y Jon Irusta (Aitor Añibarro).

Empate justo en Gobela. Arenas 1 – Danok Bat 1
El Juvenil B empató en la tarde del domingo en el campo de Gobela en un encuentro muy disputado, de gran exigencia física y ante un rival que opta seriamente al ascenso, por lo que se empleó, en ocasiones, con demasiada contundencia. El estado del terreno de juego, marcado por la lluvia, y el viento, terminaron por dibujar un choque muy trabado, poco vistoso en gran parte de su desarrollo, pero emocionante por la igualdad en el marcador y en la clasificación (el Danok es tercero solo dos puntos por encima de los getxoztarras).
El primer gol llegaría en el minuto 14, cuando Ioritz, con mucho temple y acierto, engatilló un rechace, desde un lateral del medio campo y sin control previo, para superar al portero, muy adelantado, y poner a los visitantes por delante en el marcador. Los locales se rehicieron con rapidez y empataron en una buena jugada de velocidad y combinación, en el minuto 17. A partir de ahí, el Arenas presionó mucho durante otros quince minutos, pero el Danok supo defenderse con orden y capear el temporal.
Pero, a partir de la media hora de juego, el encuentro estuvo marcado por la igualdad, que se prolongaría hasta el final del encuentro, sin que ninguno de los dos equipos fuera capaz de desnivelar la balanza. Tras el pitido final, el reparto de puntos resultó justa recompensa para los méritos de ambos equipos.

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